La batalla del Senado
Texto también disponible en Miradas de Internacional.
Estados Unidos vive en un permanente estado de elecciones. Cuando el mandato de un presidente empieza a cuajar llegan las elecciones para renovar las Cámaras y la agenda presidencial se debe adaptar a una nueva realidad. Eso es lo que parece que ocurrirá en esta ocasión. Las elecciones de noviembre se postulan como un referéndum a la gestión de Obama. Después de un primer año en blanco, cogió fuerza a partir de la aprobación de la reforma sanitaria y apostó lanzar un nuevo sistema financiero. Pero el desastre ecológico provocado por BP ha paralizado de nuevo la agenda del presidente norteamericano que, no obstante, ha puesto sobre la mesa un cambio de modelo energético. El resultado del 2 de noviembre tendrá mucho que ver en la aprobación o no de estas medidas. Se renuevan 34 escaños del Senado, 19 de ellos son ahora republicanos y 15 demócratas. En pleno proceso de elecciones primarias, éstos son los candidatos confirmados:
ILLINOIS
Demócratas y republicanos quieren sí o sí ese escaño, sobre todo, por su simbolismo. Obama ocupó ese lugar antes de ser presidente. El demócrata Alexi Giannoulias se impuso en las primarias de febrero que deberá sortear el fracaso del Broadway Bank, en manos de su familia. Su rival es el republicano Mark Kirk, congresista desde 2000, y de perfil moderado en temas sociales. Ha ingresado más de 6,5 millones de dólares desde 2009 en su campaña electoral de los que ha gastado cerca de cuatro millones.
INDIANA
Brad Ellsworth tiene la misión de conservar el lugar que dejó el demócrata Evan Bayh, un peso pesado que ha decidido no presentarse a la reelección. Parte como favorito el republicano Dan Coats, que quiere aprovechar el apoyo de Ellsworth al plan sanitario de Obama a su favor. El presupuesto del congresista Ellsworth supera el millón de dólares.
NORTH CAROLINA
El senador Richard M. Burr defenderá su cargo ante un candidato demócrata aún sin decidir. Elaine Marshall ni Cal Cunningham consiguieron el porcentaje de votos necesarios para proclamarse candidatos y se decidirá a finales de junio quién de los dos es el elegido para luchar por un escaño que tiene color rojo, el de los republicanos. Burr ha recibido casi 8,5 millones de dólares –de los que puede gastar aún cinco- para su campaña electoral desde 2005.
OHIO
La batalla en Ohio está bastante reñida. Los demócratas esperan que Lee Fisher consiga el escaño que abandona el conservador George V. Voinovich después de dos mandatos. Rob Portman tratará de hacer valer su experiencia como miembro de la oficina de George W. Bush para superar a Fisher. El debate en Ohio se centrará principalmente en el desempleo y la economía.
ARKANSAS
Blanche Lincoln lo tiene complicado para mantener un asiento históricamente demócrata. Derrotó en la segunda vuelta de las primarias –en parte, gracias al apoyo de Bill Clinton– a Bill Halter, candidato del ala más izquierdista del partido, pero será difícil que repita en noviembre. John Boozman aspira a destronar a los demócratas y se quiere aprovechar del ambiente político favorable. Los votantes de Arkansas prefirieron a McCain en las últimas elecciones presidencias por un amplio margen.
KENTUCKY
El candidato ultraconservador e integrante del Tea Party, Rand Paul, parte como favorito para el asiento que deja Jim Bunning. Paul mantiene una posición extrema frente a la inmigración ilegal y es partidario de negarle la ciudadanía estadounidense a los niños nacidos en territorio americano si son hijos de padres sin papeles. En una ocasión expresó sus dudas acerca de la Ley de Derechos Civiles de 1964. El demócrata Jack Conway tratará de explotar la ideología extremista de su rival para ganar en noviembre. En su contra juega el hecho de que no se opusiera a la reforma de la sanidad.
OREGON
El de Oregon es un escaño demócrata. Ron Wyden conservará con casi total seguridad el puesto que ocupa desde 1996. Los 16 años anteriores los pasó en la Cámara de Representantes de Estados Unidos por Oregon. Desde 2005 ha ingresado cinco millones de dólares para su campaña. El republicano Jim Huffman tiene poco que hacer.
PENNSYLVANIA
Arlen Specter, senador desde 1980, se pasó del Partido Republicano al Demócrata para evitar ser derrotado por Pat Toomey y fue superado por Joe Sestak, en lo que se ha vendido como una victoria sobre el Stablishment. La lucha por el escaño de Pennsylvania se juega desde los extremos. Sestak procede de la izquierda del Partido Demócrata y Toomey de la derecha de los republicanos, apoyado por el movimiento del Tea Party. Quien mejor se sitúe en el centro será el vencedor, aunque los demócratas parten con ventaja para conservar el escaño.
IDAHO
Mike Crapo se dirige hacia su segunda reelección como senador de Idaho. Desde 2005 ha recibido más de 3,5 millones de dólares para su campaña electoral y tiene todas las de ganar ante Tom Sullivan, que se impuso en las primarias demócratas con el 74% de los votos. En las elecciones presidencias McCain superó con claridad a Obama en este estado.
ALABAMA
El Partido Republicano tiene un terreno bien asentado en Alabama. Su candidato, Richard Shelby, ocupa el sillón desde hace 23 años y previsiblemente lo seguirá haciendo durante seis más. Las primarias fueron un paseo con casi nueve de cada diez votos sobre Clint Moser. El demócrata William Barnes tendrá que luchar contra un candidato que reúne 17 millones de dólares para gastarlos en una campaña electoral.
CALIFORNIA
Las mujeres mandan en California. Carly Fiorina, antigua consejera delegada de Hewlett-Packard simboliza el hastío hacia los tradicionales políticos estadounidenses. Fiorina juega con la baza de haber conseguido sacar a la empresa fabricante de ordenadores de una delicada situación. Barbara Boxer, que busca un cuarto mandato, nunca tuvo un contrincante republicano tan fuerte como Fiorina. Boxer cuenta con la reforma sanitaria como un elemento a su favor. Casi la mitad de los votantes estarían dispuestos a votar a un candidato que apoyara la ley, según las encuestas.
IOWA
Roxanne Conlin, candidata demócrata al Senado por Iowa, tiene poco o nada que hacer ante Chuck Grassley. El republicano es un candidato fuerte que con casi total seguridad volverá a repetir mandato. No obstante, hay quienes señalan que la seguridad con la que Grassley asume las elecciones no pasa por sus mejores momentos.
NEVADA
El líder de la mayoría demócrata en el Senado podría perder su lugar en la Cámara. Los impuestos, el déficit público y el alto índice de desempleo de Nevada podrían acabar con el mandato de Harry Reid. Los casi diez millones de dólares que tiene preparados para su campaña podrían haber sido insuficientes ante Sue Lowden o Danny Tarkanian. Sin embargo, el empuje del Tea Party parece apoyar a los demócratas. El vencedor en las primarias republicanas fue Sharron Angle, del movimiento ultraconservador, y eso podría jugar en su contra. Los demócratas explotarán algunas de sus ideas más polarizadas para ganarse el apoyo de los independientes y los demócratas descontentos.
NORTH DAKOTA
El color del escaño por North Dakota pasará del azul al rojo. Según informa The New York Times, Byron L. Dorgan, uno de los demócratas más progresistas del Senado decidió retirarse de la carrera electoral cuando tuvo claro que no podría ganar, tras 18 años como senador. El republicano John Hoeven cuenta con un 80% de popularidad gracias a su buena gestión económica como gobernador. El candidato demócrata, Tracy Potter, tiene pocas opciones.
SOUTH CAROLINA
Las primarias en South Carolina han estado salpicadas de polémica. The Washington Post ha denunciado que republicanos han acudido en masa a votar por Alvin Greene en las primarias demócratas con la intención de que presentaran el candidato más débil en noviembre. La clara victoria de Greene sorprendió a todos. El demócrata de 32 años es un veterano de guerra desempleado que vive con su padre y sin experiencia en política. No recaudó fondos y apenas hizo campaña. Así las cosas, el republicano Jim DeMint repetirá mandato.
Peligrosa deriva en América del Sur
Hace unos días publiqué un artículo en el que hablaba sobre la ‘democracia a la latinoamericana’ y los intentos de varios mandatarios suramericanos por perpetuarse en el poder. Unos días más tarde quise incidir en esa idea con la entrada «Sed bienvenidos a la reelección indefinida«. El pasado viernes 18 de septiembre leí en La Vanguardia un artículo del ‘viejo espectador’ Carlos Sentís titulado ‘Clarinazo en Buenos Aires’. Lo que sigue es un extracto del artículo mencionado en el que habla de la situación en Latinoamérica, especialmente en Argentina, con bastante más acierto y lucidez que yo:
En el pasado ha sido corriente la existencia de dictadores militares en América del Sur. Se luchó contra ellos y especialmente en Centroamérica. También, como en El Salvador, los movimientos revolucionarios derivaron a regímenes antidemocráticos. Últimamente ha habido nuevas fórmulas que arrancan de posiciones demócratas para acabar en situaciones semidictatoriales.
La democracia no se caracteriza sólo por las urnas. Se ha recordado, por ejemplo, que Hitler así fue elegido. Y también lo fueron Hugo Chávez y los amigos o aliados que lo han sido ahora. La maniobra consiste, una vez en el poder, en cambiar la legislación para anular la temporalidad de la presidencia (usualmente cuatro años) y convertirla en indefinida. Se trata de continuar en el cargo para «cambiar» las estructuras del Estado y aplicar un socialismo que pasa por nacionalizar las fuentes de producción. Todo acompañado de una demagogia qeu suena bien a los oídos de los desheredados, qeu consitutyen lamasa de sus partidarios.
El arquetipo de los actuales presidentes es el venezolano Chávez, que cada dos por tres se traslada a La Habana, donde Fidel Castro le da espaldarazos. De esta manera, relativamente suave, la revolución que el Che Guevara quería llevar a término con armas en la mano penetra más subrepticiamente. Uno de los últimos discípulos de esta escuela es el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien justamente acaba de pasar por Madrid, donde se le ha recibido muy bien, al tiempo que se le pidió que respetara las inversiones españolas en beneficio de la propia economía de Bolivia.
También cabe apuntar como discípulo de Chávez al presidente de Honduras, víctima de un golpe militar que la Organización de Estados Americanos habría corregido yha de no existir oposición por parte de la población a sufrir de nuevo a un presidente que elaboraba una ley de continuidad.
No es exactamente lo mismo la situación de Argentina, que vive una de sus fases de errática política presidencial. Cristina Fernández de Kirchner fue elegida, aunque, como hemos apuntado, la democracia no es completa con la base electoral sino con la libertad de expresión y el respeto a los medios de comunicación. Prensa libre igual a auténtica democracia. No hay otro rasero. En estos momentos en Buenos Aires se vive una persecución contra el diario Clarín y su grupo mediático. El abuso estriba en dar o retirar concesiones televisivas por cable o por aire. Últimamente la Administración centrar retiró a Clarín la licencia que poseía para transmitir los partidos de fútbol y la ha cedido a la televisión oficial sin que medie pago alguno.
El último episodio de acoso a Clarín lo ha constituido el desembarco de 200 inspectores de Hacienda en sus locales con orden de registro, extensiva incluso a los domicilios de algunos de sus directivos. Al no hallar nada compremetedor, el dirigente del Departamento de Hacienda llamó por teléfono al director de Clarín, Ricardo Kirschbaum, excusándose y argumentando que habían diligenciado la operación a causa de una denuncia aparentemente autorizada.
«Sed bienvenidos a la reelección indefinida»
Desde el bando occidental se observan los acontecimientos que ocurren en el sur de América con cautela y mucho cuidado. Los gobiernos europeos no dudan en calificar de intolerable el intento de perpetuarse en el poder llevado a cabo por Evo Morales en Bolivia, por ejemplo.
Pero en el caso de Venezuela las críticas son menores puesto que Chávez sabe cómo utilizar la baza del petróleo. Quien no le criticará, al menos durante un tiempo, es Irán que comprará 20.000 barriles diarios a Venezuela, fruto de un acuerdo que asciende a 800 millones de dólares.
Los intentos de cambiar la Constitución para facilitar la reelección indefinida del máximo mandatario no son patrimonio exclusivo del denostado ‘Eje bolivariano’ sino que un aliado occidental como Colombia también ha puesto en marcha los procedimientos necesarios para facilitar la reelección indefinida de su presidente.
Apoyo a los presidentes
Que Evo Morales quiera perpetuarse en el poder es, a ojos occidentales, inasumible; que lo quiera hacer Chávez, discutible; que Uribe aspire a un tercer mandato, necesario.
Los gobiernos europeos no dudan en calificar de intolerable el intento de perpetuarse en el poder llevado a cabo por Evo Morales en Bolivia.
Sin embargo, pese a lo que se pudiera pensar, estas iniciativas gozan del apoyo popular. Según una encuesta publicada por el diario ‘El Tiempo’, la intención de voto del presidente colombiano habría ascendido en los últimos cuatro meses más de siete puntos hasta el 54,50%, lo que le permitiría ganar las elecciones en primera vuelta si finalmente Uribe se decidiera a presentarse a una segunda reelección siempre y cuando la reforma de la Constitución sea aprobada en referéndum.
En Venezuela la situación no es muy diferente. Las últimas encuestas coinciden en señalar que Hugo Chávez cuenta con casi un 60% de popularidad. Una encuesta elaborada por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) revela un 57,9% de apoyo a Chávez. Otro estudio de Datanálisis estima en el 57,3% el respaldo al mandatario venezolano.
Democracia a la latinoamericana
Al presidente Álvaro Uribe ya sólo le queda que el Tribunal Constitucional compruebe la legalidad del referéndum, aprobado por la Cámara de Representantes colombiana, que le permitiría presentarse a una segunda reelección. La propuesta fue aprobada por 85 votos a favor, sólo uno más de los requeridos para este tipo de proyectos, y cinco sufragios en contra.
El único líder de la derecha en Suramérica, que goza de unos índices de popularidad por encima del 70%, aún no se ha manifestado públicamente si quiere seguir presentando. A pesar de ello, sus correligionarios han puesto en marcha una campaña para modificar la Constitución, que establece que el presidente de la República no puede gobernar más de dos mandatos.
Lo que se busca es modificar la Constitución para permitir al máximo mandatario violar una de las mínimas garantías de un sistema fuertemente presidencialista. Aunque el plebiscito que se quiere organizar tiene poco que ver con las iniciativas emprendidas en Venezuela o Bolivia, la posibilidad de permanecer cuatro años en el poder por tercera vez acaba con uno de los pocos obstáculos que en un sistema de ese tipo se le ponen a un cargo que asume a la vez la jefatura del Estado y del Gobierno.
Cuestión de cultura política
Colombia no pasa por ser un país gobernado por un presidente que busque perpetuarse en el poder (el plebiscito serviría para aspirar sólo a una tercera legislatura) como ocurre con otras regiones latinoamericanas. Sin embargo, cae en los mismos vicios que sus países vecinos a pesar de que se venda que acabar con las FARC, obsesión de Álvaro Uribe, es el verdadero objetivo.
Aspirar a una segunda reelección choca con uno de los pocos obstáculos que tiene un régimen fuertemente presidencialista.
El continente suramericano ha importado el sistema de gobierno estadounidense. Ahora bien, la aplicación del mismo modelo ha tenido resultados bien distintos. Mientras que en Estados Unidos el sistema se ha mantenido intocable durante siglos, en Latinoamérica ha fracasado con demasiada frecuencia. En el fondo de este hecho se encuentra algo tan abstracto como la cultura política, cosa de la que los Estados Unidos pueden presumir muy orgullosos.
Terminar el exitoso trabajo emprendido contra una organización terrorista, por muy buena que sea la estrategia emprendida, nunca puede ser razón suficiente para quebrantar la norma que asegura los derechos fundamentales, la Constitución.
leave a comment