En Clave Internacional

Siete días: 21-27 de septiembre

Posted in Siete días by Jaime García on 27 septiembre 2009

siete-dias-260909El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a la creación de una «nueva era de cooperación» en su primer discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas basada en el respeto mutuo y argumentando que Estados Unidos no puede resolver todos los problemas por sí mimo. «La elección es nuestra. Podemos ser recordados como una generación que optó por prolongar las disputas del siglo XX en el siglo XXI o podemos ser una generación que se une para servir los intereses comunes de los seres humanos», agregó Obama.

El Consejo de Seguridad de la ONU respaldó la propuesta del presidente norteamericano y aprobó por unanimidad una resolución por la que la comunidad internacional se compromete a buscar un «mundo más seguro para todos y crear las condiciones para un mundo sin armas nucleares».

Irán tiene una segunda planta nuclear, hasta ahora desconocida, en el que el nivel de enriquecimiento de uranio llegaría hasta el 5%. Un clérigo iraní declaró que la planta entrará en funcionamiento «pronto». Con la nueva instalación, Mohamad Mohammadi Golpayeganic dijo que Irán «deslumbrará a sus enemigos». La comunidad internacional, abanderados por los líderes estadounidense, británico y francés, amenazaron al régimen de los ayatolás con endurecer las sanciones.

Barack Obama sentó en la misma mesa al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y al líder palestino, Mahmud Abbas, después de la fracasada ronda de visitas del enviado de EEUU en Oriente Medio, George Mitchell. El presidente estadounidense no logró arrancar un compromiso para reanudar las negociaciones de paz de ninguno de los dos mandatarios.

Tres meses después de que fuera depuesto de la presidencia por un golpe de Estado, Manuel Zelaya regresó a Honduras para refugiarse en la embajada de Brasil. Los enfrentamientos entre las fuerzas de la seguridad y los seguidores de Zelaya se han saldado con varias víctimas mortales. El Ejército hondureño mantiene un cerco alrededor de la delegación en la que se encuentra el presidente depuesto e, incluso, ha gaseado la instalación.

Un informe del Ejército de Tierra de Estados Unidos reveló que los insurgentes talibán y de la red terrorista Al Qaeda representan más de 2.500 de los 14.500 presos con los que cuenta en la actualidad el sistema penitenciario afgano. Estos prisioneros están radicalizando a los encarcelados que no son insurgentes y empeoran un sistema ya superpoblado.

Riesgo de guerra en Sudán por la falta de acuerdo

Posted in Sudán by Jaime García on 12 septiembre 2009

SudanEl conflicto, que comenzó en 1983 y acabó con la vida de más de dos millones de personas, concluyó con la firma de un acuerdo en enero de 2005 para poner fin a la guerra entre el norte y el sur de Sudán, iniciada cuando el régimen de Jartum impuso la ley islámica en todo el país y los rebeldes sureños, de mayoría cristiana y animista, se levantaron en armas.

La resolución del conflicto llegó con la firma de un acuerdo que incluía la formación de un gobierno autónomo transitorio y la celebración de un referéndum seis años después para que los habitantes del sur puedan decidir sobre la permanencia o separación de Sudán.

Y ahora, la ONU advierte de los riesgos que supondría no realizar el referéndum en el año 2011. Si las dos partes no adoptan las medidas adecuadas para la celebración de la consulta popular sobre una posible independencia de la región, la guerra entre el Gobierno de Sudán y los rebeldes del sur del país podría reanudarse.

Sin acuerdo en puntos claves
El coordinador para el sur de Sudán de la misión de la ONU en el país africano (UNAMIS), David Gressly, avisó de que las partes aún no se han puesto de acuerdo en la legislación, el censo y otros elementos legales imprescindibles para poder organizar la consulta prevista.

Según Gressly, ninguna de las dos partes ha adoptado las decisiones necesarias para asegurar que el resultado que salga de las urnas sea aceptado por todo el país si bien es cierto que nadie desea una reanudación del conflicto.

La única alternativa, sostiene David Gressly, es la guerra y «ése es un peligro todavía muy real». Los negociadores del Gobierno central y del MPLS aún no han acordado asuntos como quién podrá votar o el margen de victoria con que deberá contar el vencedor para que se pueda proclamar como tal.

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Irán no abandona su programa nuclear

Posted in Irán by Jaime García on 29 agosto 2009

Mahmud-AhmadineyadAunque se ha producido por primera en tres años una ralentización en la producción de material nuclear, el último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) revela que Irán continúa con su programa nuclear. Así lo asegura el Gobierno de Estados Unidos que, según Ian Kelly, portavoz del departamento de Estado, «el informe muestra claramente que Irán sigue ampliando su programa nuclear».

Estados Unidos reconoce que el país de los ayatolás ha dado más facilidades en el acceso a las instalaciones a la ONU, extremo que le ha servido a Teherán para tachar de favorable el último informe de la OIEA. «El documento subraya que las actividades nucleares de Irán son pacíficas», señaló el enviado iraní en la OIEA, Alí Asghar Sultaniyeh.

Pese a que Irán considera que su programa es pacífico ya que «no existen pruebas de un desvío del material nuclear» o de su actividad nuclear, Estados Unidos apunta que el país presidido por Mahmud Ahmadineyad prosigue con la ampliación de su programa.

EEUU no cree a Irán
La postura de la Casa Blanca es que Irán continúa negando cooperación a la OIEA. La agencia sostiene que Teherán enriquece uranio con unas 300 centrifugadoras menos de las casi 5.000 que tenía operativas cuando se efectuó el anterior informe.

El último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) revela que Irán continúa con su programa nuclear.

Irán insiste en que su programa atómico tiene fines civiles, pero Washington cree que siguen sin explicar «sus antiguos trabajos para desarrollar una ojiva nuclear y otras dimensiones militares posibles de su programa nuclear».

Estados Unidos, junto a los principales países europeos e Israel, acusa a Irán de abastecerse de armas atómicas bajo la apariencia de un programa nuclear.

La próxima reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en septiembre servirá para decidir si endurecen o no las sanciones a Irán en base al último informe de la OIEA.

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Obama se encalla en Afganistán

Posted in Afganistán by Jaime García on 26 agosto 2009

Candidatos-a-la-presidencia-de-AfganistanLas encuestas auguraban una victoria clara de Hamid Karzai en las elecciones presidenciales de Afganistán pero los primeros sondeos revelan un empate técnico con el principal opositor, Abdulah Abdulah. Frente al 44% de los votos estimados para el actual jefe del Estado y del Gobierno, los primeros escrutinios, apenas el 10% de los votos, apuntan a una segunda vuelta que se podría producir el próximo 1 de octubre.

Pese a la insistencia del bando occidental en presentar los comicios como un éxito rotundo, lo cierto es que tan sólo el 33% de los votantes se atrevieron a acudir a las urnas, una cifra menor de lo que se había anunciado en un principio. Decenas de personas murieron en la jornada del pasado 20 de agosto en que se registraron centenares de incidentes armados. Pese al optimismo europeo -la UE se apresuró a considerar las elecciones como un hito en la democratización de Afganistán- el candidato Abdulah ha denunciado un fraude masivo y la Comisión Electoral de Quejas ha recibido alrededor de 800 denuncias por irregularidades.

Parece que el bloque occidental sólo quiere aceptar un resultado, el de la victoria del depredador y corrupto presidente Karzai, el símbolo del apoyo internacional al país. Y es que Obama se juega mucho en Afganistán. Llegó a la presidencia prometiendo acabar con la «guerra mala» de Irak para centrarse en Afganistán. «Esta no es una guerra de elección. Esta es una guerra de necesidad. Los que atacaron a Estados Unidos el 11-S están conspirando para hacerlo de nuevo. Si no se controla, la insurgencia talibán supondrá un refugio mayor desde el que matar a más estadounidenses junto a Al Qaeda. Así que esto no es sólo una guerra contra la insurgencia. Es fundamental para la defensa de nuestro pueblo», ha llegado a decir Obama.

¿El Irak de Obama?
Pero si las cosas siguen degradándose, Afganistán podría convertirse en el mayor borrón en la política exterior de la actual Administración. Obama podría tener el Irak que tuvo Bush o el Vietnam de Lyndom Johnson.

«Esta no es una guerra de elección. Esta es una guerra de necesidad. Los que atacaron a Estados Unidos el 11-S están conspirando para hacerlo de nuevo».

A pesar de que la presencia militar ha aumentado de manera significativa, se estima que la insurgencia talibán afecta a cerca del 40% de los distritos del país, y en muchos de ellos la insurgencia se ha convertido en una insurrección. Como anteriormente hizo Bush, Obama sabe que para vender una guerra a los americanos lo mejor es citar a Al Qaeda tanto como sea posible. Sin embargo, el problema en Afganistán no es que la organización terrorista que lidera Bin Landen pueda regresar a su lugar de origen, sino el riesgo que supondría sumir a su vecino y nuclearizado Pakistán en el caos y la desestabilización.

Estados Unidos tendrá muy difícil solucionar los problemas de un territorio en el que se dan hasta cinco cuestiones diferentes. A la conocida guerra contra el terrorismo heredada por Bush, se le suman otras de carácter interno como en conflicto entre suníes y chiíes. La Casa Blanca también debe hacer frente a las relaciones con Rusia por la expansión de la OTAN en el antiguo espacio soviético y al conflicto con Irán, que ha proporcionado un apoyo limitado a los insurgentes para advertir de las consecuencias de un posible ataque estadounidense. Por otro lado, India y Pakistán chocan en Afganistán, pues mientras Pakistán busca eliminar la influencia india de Afganistán, que considera como parte de su perímetro de seguridad, India valora positivamente una presencia en Afganistán con objeto de lograr una vía de entrada trasera a Pakistán.

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Estados Unidos se aferra al trono

Posted in Estados Unidos by Jaime García on 20 agosto 2009

Barack-ObamaLos continuos fracasos en la construcción de una Unión Europea fuerte hacen que los tiempos en que Samuel P. Huntington se refería a la integración europea como el movimiento único más importante en la respuesta del mundo a la hiperpotencia estadounidense queden muy lejanos.   

Según el estudioso, que acuñó el término uni-multipolaridad para referirse a la existencia de muchas potencias y una única superpotencia, la alternativa más viable al dominio de Estados Unidos tras el colapso de la Unión Soviética era el desarrollo político del proyecto comunitario.  

El resultado de cuarenta años de confrontación entre el comunismo y el capitalismo occidental derivó en la victoria de Estados Unidos, que desde entonces ha monopolizado el poder militar, económico y político a nivel mundial, y originó la conversión de EEUU en una hiperpotencia.  

Poder económico, militar y político
La nación presidida por el fenómeno mediático más importante en años, Barack Obama, ha acaparado los distintos elementos que hacen de una nación el amo del mundo. El poder militar, fundamental, proporciona los medios para ejercer la coerción y la posibilidad de derrocar a cualquier gobierno que se atreva a desafiarla. Tomando la idea del general Clausewitz, el monopolio de la fuerza proporciona la supremacía en la guerra, la continuación de la política «con otros medios».

Las reglas del juego han cambiado, pero los jugadores se empeñan en seguir jugando a lo mismo.  

Estados Unidos se ha postulado también durante la última década del siglo XX e inicios del XXI como rector de la economía mundial; muchos analistas hablan de poder y Producto Interior Bruto como sinónimos. Asimismo, las empresas norteamericanas han sido las impulsoras del modelo capitalista y se han convertido en verdaderas empresas multinacionales que han influido notablemente en la política exterior estadounidense. 

La conjunción de diversos factores ha convertido a Estados Unidos en el rector de la política internacional durante el último siglo, siendo los amos del poder político mundial, con la intención de superar las tensiones nacionalistas previas a la II Guerra Mundial.  

Sin embargo, la etapa de George W. Bush al frente de la Presidencia norteamericana ha coincidido con el inicio del fin del unilateralismo ‘yanqui’.  

El rey, destronado
La crisis económica más grave desde los años treinta tiene en su origen los excesos del sistema capitalista, el legado más preciado por los americanos. La caída de General Motors, por ejemplo, supuso algo más que una bancarrota; ilustraba la jubilación anticipada del neoliberalismo salvaje, heredero de la Escuela de Chicago.   

El aplastante dominio militar de la hiperpotencia estadounidense propició una rápida victoria inicial en Irak, seguida de una larga lucha repleta de errores garrafales políticos y militares, y recibida con una amplia oposición por la opinión pública (el poder popular; la protesta de las masas como un desafío fatal para los gobernantes).   

Si bien un acuerdo aprobado por 192 países adquiere mayor legitimidad y credibilidad que cualquier otro, es más discutible que la eficacia de aquéllos sea mayor que la resultante del minilateralismo.

Si la globalización propició que todos los problemas sobrepasaran las fronteras, la realidad ha demostrado que el poder político permanece firmemente amarrado al Estado-nación, por mucho que el unilateralismo se haya vuelto menos capaz de resolver la mayoría de los desafíos.  

¿La historia se repite?
Si la guerra de los bóers significó el símbolo de la decadencia del imperio británico por su alto coste político, militar y económico; la guerra de Irak podría interpretarse, más que como el destronamiento del monarca EEUU, como una llamada de atención sobre la viabilidad de una duración ilimitada del soberano mundial.   

La unipolaridad de Estados Unidos no se convertirá de un día para otro en una postura bipolar (la amenaza silenciosa de China) o multipolar, pero sí se vuelve cada año más débil mientras otras naciones aumentan su fuerza. El imperialismo diplomático es un lujo que Estados Unidos ya no se puede permitir.  

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Las potencias emergentes pasan sin llamar. A las dos opciones propuestas hasta ahora (integrarse en el orden occidental o rechazarlo) se ha añadido una tercera vía: entrar en el orden occidental, pero hacerlo con sus propias condiciones, propiciando una remodelación del sistema y fomentando el minilateralismo. Estamos, pues, ante el inicio del post-americanismo.  

Cambio de tendencia
El sistema de Naciones Unidas, impulsado por los ganadores en la II Guerra Mundial, representa una configuración del poder anticuada. La eficacia de un organismo creado en la primera mitad del siglo pasado se está revelando nula; las reglas del juego han cambiado, pero los jugadores se empeñan en seguir jugando a lo mismo. El hecho de que tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad sean potencias europeas (Gran Bretaña y Francia) o semieuropeas (Rusia) es un innegable legado de la historia, pero no puede seguir así por mucho tiempo.  

El poder político permanece firmemente amarrado al Estado-nación, por mucho que el unilateralismo se haya vuelto menos capaz de resolver la mayoría de los desafíos.

Justo cuando la globalización ha demandado una mayor coordinación entre los países, menor es la capacidad para llegar a acuerdos. Cuando las circunstancias económicas mejoran, también lo hace el nacionalismo y, por tanto, el multilateralismo decae. Eso propicia una radicalización en las posturas de las naciones, lo que se traduce en un nuevo obstáculo a la hora de responder de manera conjunta a los desafíos que se les plantean, ya sean económicos o de tipo político. Además, las posturas enfrentadas dan lugar a compromisos mínimos sin apenas trascendencia.   

La alternativa a los grandes acuerdos mundiales es la cooperación entre las principales potencias mundiales, tales como el G-8, OEA (Organización de Estados Americanos), la Liga de los Estados Árabes o el G-20; el minilateralismo.  

El avance del nacionalismo en perjuicio de la cooperación internacional puede explicarse a partir de los conceptos de legitimidad, credibilidad y eficacia. Si bien un acuerdo aprobado por 192 países adquiere mayor legitimidad y credibilidad que cualquier otro, es más discutible que la eficacia de aquéllos sea mayor que la resultante del minilateralismo.